01. Elizabeth Caracheo Miguel. URBANISTA

Entrevista: Marco Antonio Romero
EGRESADO DE LA LICENCIATURA EN URBANISMO. FA, UNAM

En el horizonte del arte, las técnicas y las disciplinas creativas, las mujeres han forjado caminos de innovación y liderazgo que merecen ser visibilizados. Como una forma de resaltar las contribuciones que algunas mujeres, Bitácora Arquitectura invitó a los coordinadores de las cuatro licenciaturas que se imparten en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, a identificar a un grupo de mujeres quienes desde la docencia, la investigación o la gestión pública han enriquecido la creación, la cultura y el pensamiento contemporáneos. 

Elizabeth Caracheo Miguel (Ciudad de México, 1983) tiene una maestría en urbanismo con orientación en Desarrollo Inmobiliario y es doctora en Urbanismo por la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Profesora titular A de tiempo completo en la licenciatura de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura. También es miembro del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías. Ha hecho aportaciones en temas inmobiliarios, y en análisis y propuestas de acción en temas de seguridad urbana. Posee una amplia experiencia en planeación urbana ya que ha colaborado en más de 30 planes y programas de desarrollo urbano en México, labor que ha compaginado con la academia, donde —durante los últimos diez años— ha formado a nuevas y nuevos urbanistas.

[Marco Antonio Romero] ¿Cómo elegiste el urbanismo como campo de desarrollo profesional?

[Elizabeth Caracheo Miguel] Cuando entré al CCH (sur) me interesaba estudiar medicina; y de hecho sí estudié un año en la Facultad de Medicina. Pero para mí fue un «choque» porque el modelo de la licenciatura en medicina está enfocado en la memorización y no en la reflexión, a diferencia del modelo pedagógico del CCH, que es constructivista y por tanto más analítico.

Mientras tanto mi hermana, la arquitecta Estela, estaba a la mitad de la carrera de arquitectura, y fue con ella que tomé algunas clases, mismas que despertaron mi interés por los temas urbanos.

[MAR] Mientras estudiabas, ¿hubo algún reto en particular que tuvieras por ser mujer?

[ECM] No hubo retos particulares por el hecho de ser mujer. Fueron más bien complicaciones sobre la comprensión de las primeras clases, sobre todo por asignaturas como el taller de primer semestre, ya que había que ir a comprar las cartas topográficas del Inegi y regresar a procesarlas en AutoCAD, y apenas estaban surgiendo los Sistemas de Información Geográfica. Todo era muy artesanal.

[MAR] ¿Crees que las urbanistas enfrentan retos diferentes al de los urbanistas?

[ECM] Al principio no es tan notorio, normalizas ciertas actitudes y no te das cuenta. Debemos de agradecer las luchas anteriores, ya que estando en la Facultad de Arquitectura hay más mujeres integrándose al campo. Es increíble cómo puedes aguantar comentarios de los mismos compañeros y también de los profesores. Recuerdo un profesor de Construcción que se burlaba de nosotras; nos cuestionaba qué hacíamos ahí. Era de esos profesores que no entendían qué era el urbanismo. Pero acabé la licenciatura e hice el servicio social en la Seduvi.

[MAR] Después entraste a la maestría…

[ECM] Comencé el servicio social y me di cuenta de la ausencia de presupuesto en las instituciones públicas que tienen una incidencia dentro de la planeación urbana y territorial, que son temas que me interesan hasta la fecha. Al terminar el servicio, el maestro José Manuel Cevallos me invitó a colaborar en ONU Hábitat y al salir participé en Softec, empresa dedicada a los estudios inmobiliarios. Ahí surgió mi curiosidad por ingresar a la maestría en ese mismo ramo. Además, recibí orientación del maestro Sergio Flores, quien me recomendó estudiarla en la UNAM.

[MAR] ¿Qué te motivó a hacer tu doctorado en delincuencia urbana?

[ECM] Estar en la administración pública ya era aburrido, hay poca flexibilidad en los horarios para llevar a cabo otras actividades. Yo había intentado ingresar al doctorado, pero no pude hacer el propedéutico. Tuve que esperar un año, compaginar mis vacaciones laborales y de esa forma ingresar. Ya era complicado, no podía quedarme sin empleo debido a las circunstancias de mi vida personal: ya vivía en pareja.

Elegí dejar de lado los temas inmobiliarios y dedicar mis esfuerzos hacia el tema de la seguridad urbana, debido a un proyecto previo donde participé (en el Programa de ordenamiento territorial de la zona metropolitana del Valle de México).

[MAR] ¿Qué otros desafíos enfrentaste en ese momento?

[ECM] Noté algunas diferencias en el doctorado, ya que pareciera que estos estudios [están pensados] para los hombres. En esa etapa, en el último año, me convertí en mamá, y percibí cierta discriminación por ser mujer. No porque yo quisiera un trato especial, sino porque los cuidados son una actividad necesaria y elemental para la vida y como mujer tú tienes que enfrentarlos; aparte de no haber reconocimiento para esta actividad, tampoco hay apoyo. Además de la poca ayuda de parte del Conahcyt para las mujeres en los temas de maternidad. La institución no reconoce los estudios doctorales como un trabajo y no existen las posibilidades de obtener prestaciones laborales para servicios de guarderías; lo cual influyó en que me haya ido súper mal en la conclusión de los estudios. Estoy molesta con las estructuras administrativas, ya que no existe un apoyo en estos casos de maternidad. Molestia que me permitió adentrarme en el tema sobre los cuidados y las oportunidades para las mujeres en este rubro.

[MAR] ¿Cómo compaginas tu trabajo con la maternidad?

[ECM] Yo me hice cargo de los cuidados. Es importante establecer una responsabilidad de cuidados compartida, ya que es importante generar acuerdos que permitan llevar a cabo una crianza adecuada.

En mi caso tuve que buscar actividades extraescolares para mi hijo. Conozco otras colegas mujeres que en definitiva se dedican a sus trabajos o en definitiva lo dejan. Tengo la suerte de que en la UNAM hay flexibilidad de horarios.

[MAR] ¿Crees que hay desventajas en la producción académica de las mujeres respecto de los hombres en el campo del urbanismo?

[ECM] Sí, de hecho, durante la pandemia de Covid-19 pude profundizar en el tema y llegué a esta conclusión: a las mujeres se les delegaron las actividades de cuidados, y más aún durante el aislamiento. Con una colega vimos que durante el aislamiento los hombres produjeron más [académicamente] que las mujeres porque se alejaron de las actividades docentes; pero ellos no asumieron las actividades de cuidado del hogar, lo hicimos nosotras.

[MAR] ¿A qué otras mujeres admiras?

[ECM] En primer lugar, mi madre. Sin saberlo, mi madre me dio estos principios de preparación. Mi madre fue parte importante en la realización de mis estudios, tanto de ella como de mis tres hermanas, Estela, que es arquitecta, y Paola, economista. He conocido una gran cantidad de mujeres fuertes. La maestra Claudia Ayala Sánchez, quien me enseñó la manera en la que se gestiona desde la administración pública. En la academia, a la urbanista Laura Jaloma, con quien compartimos la experiencia en la maternidad y a quien conozco desde que éramos estudiantes. Las maestras Claudia Ortiz y Michelle Meza, la doctora Pamela Castro y la urbanista Martha Pérez.

elizabethcaracheo@gmail.com

@caracheo en IG

Notas

Lineamientos para colaborar